La importancia de cuidar la cama...
- Abbie
- 26 sept 2019
- 3 Min. de lectura

No hay sensación más placentera que acostarse en una cama con sábanas limpias después de una ducha tibia y reparadora.
Además de ser el lugar donde dormimos, la cama a veces se vuelve oficina, mesa para la cena y hasta el lugar que eligen las mascotas para descansar. Ni hablar si bebés y todavía duermen contigo. Si repasamos todo lo que hacemos en la cama, es lógico pensar en la acumulación de gérmenes y bacterias.
La cama es caldo de cultivo para la reproducción de hongos y bacterias: es por ello que debemos tener en cuenta la humedad que se genera cuando dormimos, la saliva que a veces queda en las almohadas, los fluidos corporales que despedimos, las células de la piel que recambiamos y el resto de las cosas que "entran" en la cama. ¿Sabías que la piel humana es alimento para los ácaros del polvo y que una persona puede transpirar hasta un litro de sudor en una noche e incluso más si duerme muy abrigada?
Es por ello que es muy importante cambiar frecuentemente los accesorios de nuestra cama, desde la pijama hasta el cubrecolchón. Te dejo aquí una lista de la frecuencia con la que deberías cambiar tus cositas para darles una limpiadita.
Pijama: cada dos días. Igual que con el resto de las prendas que usamos para el día a día, lo ideal es cambiarlo y lavarlo cada dos días.
Fundas de almohadas: cada dos días. La piel del rostro y el pelo están en contacto directo con ellas. Restos de maquillaje o cosméticos, células muertas y suciedad del día pueden acumularse fácilmente en las fundas. Mantenerlas limpias también ayuda a tener una piel saludable y a que el pelo se mantenga en buenas condiciones por más tiempo.
Almohadas: cada tres meses. ¿Sabías que al cabo de dos años, el 10% del peso de una almohada que no pasó por el lavarropas corresponde a ácaros muertos ? Pero esa no es la única suciedad que acumula la almohada: bacterias, piel muerta y hasta 16 especies de hongos se pueden alojar en ella. Por eso, las almohadas deben lavarse cada tres meses. También es importantísimo secarlas bien porque, de lo contrario, se forma humedad y moho.
Colchón: cada seis meses. Al igual que las sábanas y las almohadas, el colchón acumula polvo, bacterias y moho que pueden producir infecciones y reacciones alérgicas. Para limpiar un colchón, puedes pasar la aspiradora y ventilarlo al sol cada medio año. Si tiene alguna mancha, frotá la superficie con un paño humedo y jabón para tapicería.
Sábanas: una vez por semana. Lo ideal es cambiar de sábanas todas las semanas y lavarlas, al menos, a 60 grados para eliminar eficazmente las bacterias. También es recomendable secarlas al sol, ya que esto pemite también combatir microorganismos. En los meses de verano, lo recomendable es cambiarlas dos veces a la semana. Otro consejo: si tienes hijos, es bueno que elijas para ellos sábanas de punto. Además de que se agarran mejor al colchón y no se mueven, son una buena opción para el invierno porque este tipo de tela tiene la capacidad de conservar el calor y no enfriarse. "Son suaves al tacto, de algodón 100% y se recomiendan para evitar alergias. Hay algunas que vienen con estampas hechas con tintas al agua, que también previenen irritaciones en la piel.
Y para darte una ayudada y un regalo especial, te dejo esta invitación:

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